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CENA DE BIENVENIDA
En el corazón de una bulliciosa ciudad se encuentra un refugio eterno, donde el tumulto del mundo se transforma en susurros de recuerdos. Mientras el crepúsculo arroja su tono dorado, David y Jake entran en este santuario para su cena de ensayo.
Bóvedas altas y follaje susurrante crean un escenario de anticipación, con mesas adornadas con la luz de las velas y flores radiantes. Guiados por un rastro de la destreza de la naturaleza, la noche se convierte en una sinfonía de amor, con cada momento resonando su vínculo duradero.
CEREMONIA
Dentro de un ambiente encantado, la ceremonia de David y Jake se erige como un testimonio vivo de su vínculo etéreo.
La esencia misma del espacio converge alrededor de la jupá, capturando la atención y emoción de todos los presentes.
Arreglos florales etéreos, reminiscentes del abrazo nebuloso del cosmos, flotan con gracia en tonos de rosa y neutros. Estas flores, evocando el polvo cósmico de donde emergen los sueños, rinden homenaje al profundo amor de David y Jake.
Complementando este cuadro celestial, sillas rústicas anclan la escena, sus texturas simbolizan el afecto perdurable y eterno que comparten los dos.
RECEPCIÓN
A medida que avanza la ceremonia, los invitados son conducidos a la recepción, un reino que parece como cruzar un portal hacia un mundo deslumbrante lleno de colores vibrantes y atractivo sofisticado.
Evocando la vitalidad de un casino, el diseño es un abrazo circular de maravilla, atrayendo a todos hacia su ritmo palpitante. El umbral hacia este mundo es un puente mágico; rodeado de altas palmeras, su suelo espejado y verde brillante es como caminar sobre los reflejos de los sueños.
A medida que uno se aventura más profundamente, se alzan arcos de luz brillante, creando una ilusión que recuerda a un gran coliseo, donde cada momento y emoción se magnifican en su arena de celebración.
