En un rincón vibrante de la Ciudad de México, donde el verde se convierte en símbolo de vida, crecimiento y nuevos comienzos, se abre la puerta a un universo cuidadosamente imaginado.
Todo inicia en Cero5Cien, bajo una atmósfera inmersiva. Terciopelo, luz y reflejos reciben a los invitados con un letrero luminoso que dice: Harry’s Treats. Una marquesina iluminada de tres metros de altura, con luces LED píxel, enmarca una instalación monumental de diez dispensadores, mientras arcos de neón celebran la magia del momento. Y esto apenas empieza.
La noche continúa hacia un escenario digno de los sueños más sofisticados. Entre vitrinas de vidrio, toldos a rayas y fachadas hechas a medida cubiertas con tela, cobra vida una evocadora escena de cena mediterránea. Libreros, olivos y lámparas vintage crean un paisaje íntimo y atemporal, mientras un saxofón y un chelo acarician el aire. El gelato llega como un suspiro: suave, fresco, perfecto.
Y entonces, la transformación. Un pasillo cubierto de terciopelo verde conduce hacia la celebración. Espejos colgantes multiplican la percepción, la puerta se abre y la luz estalla en una sinfonía de láseres. En ese instante, la realidad se transforma. Lo ordinario se vuelve extraordinario. Porque cada detalle nace de la perfección del cosmos, y en esa armonía sagrada, el espacio se convierte en alquimia… y los recuerdos, en eternidad.
“Un pasillo cubierto de terciopelo verde conduce hacia la celebración.”
“Cobra vida una evocadora escena de cena mediterránea …”
“Libreros, olivos y lámparas vintage crean un paisaje íntimo y atemporal, mientras un saxofón y un chelo acarician el aire”