La decoración para la ceremonia de la boda comenzaba con macetas de 2.5 metros de altura, mientras una elegante estructura era el marco perfecto para disfrutar la encantadora vista al mar. Grandes series de velas sirvieron como pasillo para caminar hacia la playa, escenario ideal para la recepción.

El viernes anterior a la ceremonia, los invitados fueron recibidos con un cóctel en un bar ambientado bajo una carpa marroquí, al que se accedía a través de un túnel construido con celosías árabes y lámparas magrebíes. En la carpa principal, un gran candelabro de velas colgaba del techo, mientras que cojines y sofás de colores rojo, amarillo y café cubrían el suelo para que los invitados se sentaran durante el cóctel. La barra de golosinas y la estación de café árabe se encontraban rodeados por celosías de inspiración oriental. DJ Alan y Radaid estuvieron a cargo de la del recorrido musical.

Para poder cruzar la piscina, los invitados debían cruzar una tarima de cristal, un área bellamente cubierta con pétalos de flores. Por otro lado, el techo fue diseñado como un jardín colgante con aves suspendidas. Frente a la mesa de los novios, se encontraba una elegante combinación de mesas de mármol, espejo y cristal, con sillas contemporáneas grises, centros de mesa blancos y velas; todo sellado con una cascada de rosas blancas y orquídea estrella de fuego. Asistentes al evento fueron guiados por una arpista que se presentó con un arpa gigante que colgaba del techo. Finalmente, alrededor de la pista de baile iluminada, los invitados encontraron varias barras de golosinas y dispensadores de caramelos, así como un bar de puros, una estación de cigarrillos electrónicos y una estación de carga para celulares.