Mariel & Mau

Ceremonia

Ubicado en un rincón apartado cerca del vibrante centro de San Miguel de Allende, una chispa está lista para encender una unión bendecida. El espacio, dispuesto en forma de cruz que susurra tradiciones eternas, alberga sillas y mesas en armoniosa disposición, todas bajo la tierna mirada de la Virgen María. Su imagen se erige como un faro de protección y guía para el incipiente camino de la pareja.

Adentrándose más en esta narrativa, los invitados son recibidos por un túnel de flores meticulosamente elaborado, ofreciendo un abrazo de fragancias románticas y texturas aterciopeladas, un anticipo de la alegría por venir. Cada pétalo y hoja es una nota en la sinfonía sensorial, preparando almas para la celebración que se avecina. Estructuras espejadas dispersas a lo largo crean un paisaje sin límites, donde la belleza se refleja infinitamente, tejiendo una atmósfera donde el amor y la alegría no conocen fronteras.

El pasillo que conduce al altar, un eco palpable del resplandor compartido de la pareja, guía no solo sus pasos sino que también amplifica la dicha del momento. Los últimos rayos del sol, atrapados en la danza reflectante, envuelven la reunión en un resplandor de euforia serena. En este evento, cada matiz de mobiliario y decoración está diseñado para intensificar el encuentro, invitando a cada invitado a sumergirse en el encanto del instante, en un reino donde cada detalle articula amor, unidad y la danza perpetua de la vida.

“Cerca del vibrante centro de San Miguel de Allende, una chispa está lista para encender una unión bendecida”

… Los invitados son recibidos por un túnel de flores meticulosamente elaborado, ofreciendo un abrazo de fragancias románticas y texturas aterciopeladas …

RECEPCIÓN

Esta recepción se desvela como un umbral hacia lo caprichoso y lo sublime. Los invitados, al llegar, ingresan a un reino etéreo donde los sueños no solo se imaginan, sino que se sienten al alcance, acunados por el encantador abrazo mágico de la naturaleza.

Cubos espejados se anidan entre los árboles, capturando la luz y las miradas de los caminantes, mientras esculturas arbóreas invertidas ascienden hacia el cielo, una metáfora de posibilidad ilimitada, donde la fantasía usurpa lo ordinario. La decoración, que hace eco de la infinitud de la imaginación, crea un paisaje donde reflejos y realidad bailan en armonía.

Una carpa instalada despliega sus formas orgánicas y suaves por encima, un santuario que susurra promesas de refugio e intimidad en medio de la celebración. Detrás de la cabina de DJ, un círculo espejado refleja el espíritu festivo, y luces colocadas de tal manera proyectan la ilusión de un eclipse, un espectáculo astral que resuena con la pista de baile debajo, adornada con el flujo de estrellas y constelaciones, un homenaje al poder ilimitado del amor y la unión.ar en el baile cósmico de la ocasión.

La paleta de colores elegida —el verde oliva de profundidad terrenal, el amarillo mostaza de calidez vintage, el verde cazador de intensidad rica, el beige de neutralidad calmante y el lavanda de susurro creativo— pinta no solo el espacio sino también la atmósfera misma. Cada tono se entrelaza con el siguiente, creando un tapiz que invita a la mente a divagar, al corazón a elevarse y al espíritu a participar en el baile cósmico de la ocasión.

… Cada tono se entrelaza con el siguiente, creando un tapiz que invita a la mente a divagar …